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Procedencia

La palabra es un préstamo de la palabra inglesa gay. Fue incluida en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), edición del 2001. Proviene del vocablo provenzal gai y significa ‘alegre’ o ‘pícaro’.

Se aplicaba a los hombres que ejercían la prostitución homosexual en la Inglaterra, por el modo “alegre” en que vivían y se vestían. Finalmente el término gay boy ("chico alegre" o prostituto) se convirtió en sinónimo de homosexual.

Posteriormente, la comunidad gay adoptó el término tratando la palabra como un acrónimo de Good As You (‘tan bueno como tú’) restándole de esta forma el matiz peyorativo a la palabra y reivindicando la igualdad, como personas, entre homosexuales y heterosexuales. Por ello, hoy en día, la primera acepción en inglés apenas se usa y se utiliza casi exclusivamente como sinónimo de “homosexual”.

¿Gay u homosexual?

La mayoría de los gays estadounidenses y británicos, rechazan el uso del término “homosexual”. Argumentan que “homosexual” es una palabra con connotaciones clínicas, reminiscentes de una era en la que las relaciones homoeróticas se consideraban una enfermedad psiquiátrica. Según ellos, “homosexual” enfatiza desproporcionadamente el acto sexual, omitiendo todo lo referente a la atracción, las relaciones románticas y sobre todo la cultura gay. Argumentan por lo tanto que el término "homosexual" deshumaniza a los gays, reduciendo sus pasiones, su estilo vital y su modo de vida al simple acto sexual.

Por otro lado, gran parte de las asociaciones gays hispanohablantes se decantaron hace tiempo por el uso del término “gay” frente a homosexual, optando por difundir su uso e incluyéndolo incluso en sus nombres, reflejando así la predilección por este término de sus asociados. De manera similar, las páginas web y medios de comunicación especializados en el colectivo usan preferentemente "gay".

La palabra “homosexual” es de reciente invención (siglo XIX) y corresponde a la unión de un término griego (homos: ‘lo mismo’) y otro latino (sexual), cuya traducción más correcta sería "del mismo sexo", término que puede funcionar en como adjetivo, pero no como sustantivo. Así, un matrimonio homosexual sería (correctamente) el matrimonio de dos personas del mismo género, pero referirse a una persona como “homosexual” significaría etimológicamente “persona del mismo sexo”, algo carente de sentido. Teniendo todo esto en cuenta, se recomienda usar el término “gay” para referirse a las personas que prefieren las relaciones erótico-amorosas con otras personas de su mismo género. De todos modos, el término homosexual significa ‘persona [que está atraída por otra persona] del mismo sexo’. Es el uso, y no la etimología, lo que da significado a las palabras.

En los países de habla inglesa el término “gay” ha sustituido a “homosexual”, que es considerado políticamente incorrecto y es utilizado casi en exclusiva por la derecha cristiana. En cambio en España existe cierta reticencia a aceptar el término inglés gay, por considerárselo un anglicismo. Por ello, parte de la clase política y los medios de comunicación optan a veces por términos como “parejas del mismo sexo”, evitando así la polémica.

En Latinoamérica, el término “homosexual” es el políticamente más correcto para denominar a una persona gay. Por eso existe un dicho popular: “La diferencia entre maricón y homosexual es que homosexual es cuando es amigo tuyo”. En esos países, a veces el término “gay” se utiliza exclusivamente para referirse a un varón homosexual “fuera del armario” que milita en alguna organización gay.

 

Los gays y el cine

Actualmente, es posible encontrar películas de todo tipo acerca de gays, que muestran lo difícil que es “salir del clóset” y que muestran la realidad en la que se encuentran. Estas películas son muy variadas y han cambiado a lo largo de la historia. Antes el homosexual era enfermo de sida, como en Filadelfia, o amanerado como en La Jaula de las Locas, pero reciente Secreto en la Montaña (Brokeback Mountain) presentó por vez primera en el cine Hollywoodense a homosexuales como hombres masculinos. Sin embargo, esa cambio ya se había mostrado en el cine europeo con anterioridad.

Otras películas que muestran la realidad gay desde varios puntos de vista son:

  • ¡Salvados! (Saved). Estados Unidos, 2005. Un chico homosexual sale del clóset en una conservadora escuela evangelista. Se desata la revolución cuando un grupo de amigos decide mostrar la diversidad humana que existe.
  • Segunda Piel. España, 2005. Un hombre casado se da cuenta que ama otro hombre. Los problemas del clóset a la edad madura.
  • No se lo digas a nadie. Perú, 1998. El despertar sexual y la confusión inexplicable. Los códigos en los que se desarrolla la vida burguesa, no ayudan a encontrar respuestas para lo que le ocurre a un joven gay.

En estas películas se evidencia el creciente nivel de inclusión y aceptación de la comunidad gay en la sociedad actual.

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Etimología

Lesbiana es un término neutro o positivo derivado de la antigua poetisa griega Safo de la isla griega de Lesbos (la actual Mitilene, en el mar Egeo), cuyos poemas describían su amor apasionado hacia sus compañeras y a la vida rodeada de otras mujeres, lo cual le valió la reputación de homosexual. Safo es el icono por excelencia de lo que hoy se da en llamar cultura lesbiana.

Discriminación

La mayoría de las culturas antiguas ha considerado a las lesbianas como inexistentes, a diferencia de la homosexualidad masculina, considerada hasta hace pocas décadas como enfermedad además de perseguidos y castigados duramente por ello. Las mujeres se han perseguido por ser adúlteras y prostitutas, pero no por su orientación sexual, en este aspecto se podría considerar que las lesbianas han sido marginadas por omisión y de no reconocer su propia existencia. El auge de las últimas décadas de los sectores denominados representantes del feminismo han luchado por mucho tiempo por el reconocimiento del lesbianismo.

El lesbianismo y el cine

La primera película que trató el tema lésbico fue la alemana Mädchen in Uniform (1931), basado en la novela de Christa Winsloe y dirigida por Leontine Sagan. Cuenta la historia de una colegiala llamada Manuela von Meinhardis y su pasión por su profesora, Fräulein von Nordeck zur Nidden. Fue escrito y posteriormente dirigido por mujeres. Fue impactante en todos los entornos lésbicos alemanes.

Entre las cineastas lesbianas más reconocidas de la actualidad se encuentran Jamie Babbit (Pero soy una porrista), Patricia Rozema (Cuando cae la noche) y Rose Troche (Go Fish, The L Word). Otras películas:

Feminismo

Históricamente, las lesbianas han estado involucradas en la lucha por los derechos de las mujeres.

Durante 1970 y 1980, con la emergencia del feminismo moderno, el separatismo lésbico devino popular en EEUU, donde grupos de mujeres vivían juntas en sociedades comunales. Algunas mujeres encontraban este tipo de sociedad liberadora. Otras como Kathy Rudy, remarcó que los estereotipos que se desarrollaban en la colectividad separatista lésbica, fue lo que la hizo dejar el grupo.

Lesbianas célebres

Entre las más conocidas se puede citar a :

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Descripción

La orientación bisexual comprende todo el territorio entre los dos extremos de homosexualidad y heterosexualidad. Las personas bisexuales no se sienten atraídas necesariamente por igual a los dos sexos, y algunos tienen preferencia por uno u otro. Otra posición sobre la bisexualidad es que la homosexualidad y la heterosexualidad son dos orientaciones monosexuales, y la bisexualidad abarca ambas. Otros, en cambio, sostienen que la bisexualidad es una orientación sexual distinta y paralela a la heterosexualidad y la homosexualidad

Las personas bisexuales, igual que las de cualquier otra orientación, pueden asumir varios tipos de relaciones, tales como monogamia, poliamoría, polifidelidad, promiscuidad, sexo grupal, y celibato. Para aquellos que tienen más de una pareja sexual, éstas pueden ser o pueden no ser todas del mismo sexo.

Prevalencia de la bisexualidad

Algunas encuestas muestran de un 2% a un 6% de las poblaciones modernas occidentales como bisexuales, aunque hay dificultades metodológicas con respecto a la aleatoriedad y el tamaño de la población de muestra, y la precisión de reportes de información tan personal. Otros estudios usan estándares diferentes para la bisexualidad. Otros incluso ignoran por completo el fenómeno bisexual, o lo separan en componentes homosexual y heterosexual. Los distintos resultados no coinciden en si la bisexualidad es más o menos común que la homosexualidad (usando diversas definiciones para cada una). Reportes anecdóticos por fuera del mundo occidental sugieren índices mucho más altos de bisexualidad.

Algunos estudios, entre ellos los estudios Comportamiento sexual del hombre (1948) y Comportamiento sexual de la mujer (1953) de Alfred Kinsey, han mostrado que la mayor parte de la población parece ser al menos ligeramente bisexual. La mayoría tiene cierta atracción hacia ambos sexos, aunque se suele preferir uno de ellos.

Según las encuestas de Kinsey, sólo un 5 a un 10% de la población puede ser considerada como completamente heterosexual y un 5 al 10% puede considerarse completamente homosexual. Kinsey llegó a la conclusión de que el resto (entre un 80 y un 90 %) de los hombres y mujeres estudiados eran bisexuales. Sólo un 5 % de éstos no tenían ninguna preferencia especial entre hombres y mujeres.

Estatus social de la bisexualidad

Históricamente, la bisexualidad ha estado casi siempre libre del estigma social que acarrea la homosexualidad, existente aún donde la bisexualidad era la norma. Por todo el mundo, entre los hombres de clase alta y de prestigio, las aventuras homosexuales se aceptaban en silencio, y comúnmente se usaba un matrimonio heterosexual como defensa exitosa contra acusaciones de homosexualidad.

Algunas personas en las comunidades gay y lésbicas acusan a los que se identifican como bisexuales de hipócritas, pensando que son en realidad homosexuales que participan en actividad heterosexual sólo para seguir siendo socialmente aceptables. Pueden ser acusados de "no hacer lo suyo" por ganar reconocimiento de la "verdadera" homosexualidad. Algunos incluso creen que un autodenominado bisexual es sólo un homosexual en la fase inicial de cuestionamiento de su supuesta heterosexualidad, y finalmente aceptará que es homosexual. Esto puede ocurrir, y de hecho ocurre, pero no parece ser cierto para la mayoría de los que se denominan bisexuales. A veces, los bisexuales reciben menos aceptación por parte de gays y lesbianas, por su orientación sexual.

Dado que algunos bisexuales no se sienten encajar ni en la comunidad gay ni en el mundo heterosexual, y dado que tienden a ser "invisibles" en público (confundiéndose sin problema en las sociedades homosexual y heterosexual), algunos de ellos han formado sus propias comunidades, cultura, y movimientos políticos. Sin embargo, puesto que la orientación bisexual puede estar en cualquier punto entre los dos extremos de homosexualidad y heterosexualidad, otros de los que se identifican como bisexuales prefieren formar parte de la sociedad homosexual o heterosexual.

Un símbolo común de identidad bisexual es la bandera del orgullo bisexual, diseñada por Michael Page, que tiene una franja rosada que representa la homosexualidad, una azul que representa la heterosexualidad, y una morada (mezcla del rosado y el azul) en la mitad que representa la bisexualidad.

Otro símbolo de identidad bisexual que usa el esquema de colores de la bandera bisexual consiste de un triángulo azul y uno rosado sobrepuestos (el triángulo rosado es un reconocido símbolo de la comunidad homosexual), formando uno morado en su intersección.

A muchos homosexuales y bisexuales les disgusta el uso del triángulo rosado como su símbolo, pues fue el símbolo usado por el régimen de Hitler para marcar homosexuales (de la misma forma que la estrella de David usada por los judíos). Estas personas simplemente no quieren representarse o identificarse como un grupo reprimido.

Bifobia

La bifobia es un neologismo que puede describir el punto de vista de que las personas deben ser obligatoriamente de algunas de las dos tendencias: o bien heterosexuales o bien homosexuales. El término también puede expresar el rechazo hacia las personas “bi”. Los bisexuales pueden ser objetivos de ataques homofóbicos ya que no "definen" su sexualidad en los términos de homosexualidad o heterosexualidad.

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Modismos de la Comunidad

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